6.02.2009

patrañas patrias

mapcollage by seffles at flickr

odio hablar por teléfono. dicen mis amigos angloparlantes que “you give horrible phone”, aprovechándose de la sexofrase “give head”, supongo. qué risa, pienso, porque lo que es “dar cabeza”, si se traduce literalmente, eso lo hago a las mil maravillas. cavilo y pienso en demasía, confieso, o en cubano, me quemo el coco… el otro significado de la anglofrase, lo de “a lengua pura con el pirulí”, no es lo mío. yo soy de profundidades, no elevaciones…

pero volviendo a la campanita de Bell… evito contestar el aparatoso instrumento en casa, en la oficina y hasta el móvil, que en mi caso pudiera llamarse “el inmóvil”. casi siempre se me olvida y como es un modelito complicado que fuera un regalo que nunca quise ni aprecio, pues ni sé andar con él y sus múltiples botones. no sé sincronizarlo ni buscar nada en él y siempre se está disparando solo porque no le pongo candado y claro, termina llamando a gente que a estas alturas lo que hace es ignorar mis llamadas verdaderas, cuando las hago.

cuando era adolescente, en noches de verano aburridas y llenas de frustraciones sexuales, acostumbraba hacer llamadas anónimas con mis amigachos… en esa época no existían los “callers ids” ni los “star 69” y todo eso que hoy en día no permite la gozadera de llamar y joder un rato a un extraño. para eso están las llamadas de telemercadeo de la hora de la cena... entonces era tonto, pero divertido llamar e imitar voces, sonidos, tirar trompetillas, inventar cuentos y situaciones raras. nos atacábamos de la risa ante la furia de quien recibía la llamada, sorprendido en medio del juego de pelota, en calzoncillos tomándose una cerveza, cuando lo asediábamos una y otra vez preguntando si era la casa de Pissy Clean y Dicky Dirt. o la mujer boricua a quien siempre llamábamos, puntuales, preguntándole si ya había freído la última alcapujjrria del día. ésa nos mandaba a cagar enseguida, y claro, lo único que provocaba era nuestra risa tonta y que la volviéramos a llamar. una y otra vez... era una forma ingenua de ser lo que no éramos.


hoy recuerdo esas boberías... y cuánto desearía ahora no ser lo que soy. o más bien lo que dicen las etiquetas de la sociedad que soy… estoy harta del ser del estar del tener ... quiero desnudarme de todo adjetivo que me describa y tenderme en la playa de la vida a quemarme el cuero. que el sol me raje que el viento me eleve que el mar me moje. será la edad, el peso de tanto pelo, el aire caliente del verano que empieza, la gente que se va sin decir adiós y los que se quedan pero no llaman... será el hígado o la tos o las hormonas o la falta de ellas que amplían el eco de la lluvia repentina que se cuela por la ventanilla del carro parqueado frente a un cementerio. será la música que me contiene el grito, será mi vieja que tiembla cuando la abrazo, será la niña gordita que me mira desde Varadero, casi ahogándose en un banco de arena...


quiero olvidarme que nací en Cuba y es mi patria que crecí en España y es mi patria que maduré en Estados Unidos y es mi patria. no quiero tener patrias con los pesos y lealtades, patrañas y acciones turbias que en su nombre nos hunden. pero es tarde para escapar de mi tríada de patrias que me miran a los ojos con despecho, unas más que otras. a todas quiero, de todas tomo y a todas doy. son amantes exigentes con mi pasión traidora. cada vez que las dejo, vuelvo. a rogarles que me acepten de nuevo porque es tarde para negar ser lo que soy... una patriota accidental, turista en todas, residente pasajera en todas, extranjera en todas...

musiKtrio patrio