2.15.2010

breve nota a una joven escritora


prev. publicado en contratiempo n. 15, 2004


¿eres o también puedes tú inventar una Santa, una Dulcinea o una Beatriz, heredera de los burdeles, purgatorios e infiernos, de los laberintos y túneles cavados por el hombre que te acecha y te echa de menos entre versos equilibrados sobre un cañón de guerra? ¿eres o te apoderas también tú de un cuerpo blando junto a un altar, de un cuerpo ultrajado después del cañonazo, del cuerpo fértil como un arrozal vietnamita, del cuerpo yermo enterrado junto al del poeta andaluz?

¿eres Matilde o quieres ser tú quien le cante a Pablo? tal vez a ti no te inspire la alcachofa después de cocinarla, pero sí el pene al amanecer de algún chileno lujurioso. cántale pues como cantara Whitman su homoerótico estribillo de narciso.

¿eres travesti a lo George Sand o te calienta más el horno a lo Sylvia Plath? ¿te llamas Julia, aún juegas rayuela y escribes al estilo de esa escuela? aunque no quepan más en ese tren, móntate y escribe con las Allende, Esquivel y Mastretta que no hay mal cuento que por bien contado no venga. así es, aprende de Mario y de Elena, de Ernesto y de Juan, de Alfonsina y de Mercedes.

pero elige tú y canta tú. y si de verdad tienes ovarios, escritora, por favor, dile a Gabriel que se le atascó el coronel entre tanto papel y dile, sin tapujos, que se asome a la ventana de su casa de invierno de La Habana para que vea que tiene barrotes y no balcón bogotano con flores y aroma de jazmín.

no les temas, rompe moldes, desbarata esquemas, no confíes en los libros de referencia ni respetes a los semidioses literarios que respetaron a otros que nunca ni ellos mismos se respetaron. vive e inventa cuentos sacados de tu sangre y no los diluyas en agua, que la mujer que cocina rico de verdad no extiende la masa para que rinda. sé cruel y sigue siendo mujer, que la hembra es fiera si le da la gana al igual que es cielo y es miel.

sé todo eso sin dejar de ser ni mujer ni madre ni amante ni escritora, que sin tu pluma no canta el gallo entre tanto pollo. que tu cuerpo de mujer es compuesto y trabajado, no simple. que tienes, además de mamas, pezones y orificios apetitosos, un cráneo con cerebro.

y por eso escribes. porque más que carne eres voz. más aguda, más incoherente a ratos, pero sí menos peluda por aquéllo de que a la mujer no le crece pelo en muchas partes, entre ellas la lengua.