12.15.2014

oVaCCión

Una gran ronda de aplausos. A standing ovation, sort of. Prometida para cuando me vaya. Cuando haga el sortie, el exit, el me ne vado via, uscita de verdad porque ando rezagada aún, pareciera, en el reloj de arena de la vida yo piedra gorda y torpe, ando trabada y no paso por el aro. Inconveniente, como siempre. Entonces por eso, aplausos. Bravo-hurra-regia yo en el escenario de la vida, y zas, resulta que sólo yo la única malvada del culebrón de tríos y cuartetos indiscretos; y por lo tanto, aplausos. Para mí, la peor de todas, la invisible y persistente en la memoria esperando el escobazo de la despedida, barrida tantas veces por cínica ingenua y creyente atea. Me lo prometen porque el desamor, en tiempos de cólera y ego mezquino, zambumbia perfecta para el aplauso en falso.

Porque, ironía, habría mas bien que aplaudir las buenas intenciones traicionadas y la plena juventud hecha mierda de un zarpazo. Doble, traidor y eterno, maldito. Y sin embargo, en vano intentar cicatrizar para cruzar los puentes, varios, múltiples, frágiles estructuras que se intentan construir a pesar del hedor del fango sobre el que cuelgan.

doStipOS



Hay personas cuya composión humana es tan deficiente que nunca se enteran. Aunque se miren en el espejo de la vida y el reflejo se les desintegre al no poder ver más allá de la gruesa capa del ego que los cubre.